Analia Fronti, única mujer en la tripulación del 1° Vuelo de Aerolineas Argentina hacia China

29.04.2020
REALIZAMOS UNA ENTREVISTA A LA DESPACHANTE DE AERONAVES DEL PRIMER VUELO DE  AEROLINEAS ARGENTINAS QUE SALIO HACIA CHINA EL PASADO 15 DE ABRIL.

  • Pequeña reseña sobre vos

Mi nombre es Analía tengo 42 años, vivo en Morón, toda la vida viví en zona oeste. Hace 13 años trabajo como despachante de aeronaves en Aerolíneas Argentinas, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

  • ¿Cómo decidiste estudiar para Despachante de Aeronaves?

Decidí estudiar para despachante por sugerencias de exalumnos de la Base de Morón, ya que había hecho ahí la secundaria con el terciario como Técnica en telecomunicaciones.

Mi hermana lo había hecho también. En el primer cuatrimestre lo hizo ella y en el segundo lo hice yo. Me comentó de que se trataba, me pareció atractivo, dinámico, entonces me anoté para estudiarlo en el CIATA.

Eso es la primera etapa de lo que es el curso de despacho, después de obtener la licencia, la empresa que te contrata te capacita y te habilita para sus tipos de avión, luego de eso podes empezar a firmar tus despachos, más o menos demora unos 4 meses.

  • ¿Cómo es un día típico de trabajo?

El trabajo es 24 horas, que se dividen en 3 turnos, mañana, tarde y noche, cada uno de 8 horas.

En el caso de Ezeiza son 5 turnos, entonces ese mismo equipo de turnos, rotan todos juntos.


Un día típico es entrar en la mañana, tomar el turno del grupo anterior y empezamos a cerrar los vuelos que están saliendo. Cuando un vuelo sale por ejemplo a las 10 am, lo tomo, preparo la planificación del plan de vuelo con sus rutas, alternativas, combustible, y por otra parte hago el peso y balance del avión, con el dato de los pasajeros, el equipaje, la carga.

Esto se realiza como mínimo 3 horas antes del despegue, y 20 minutos antes del despegue nuevamente con los datos finales. Estos papeles se llevan ambas veces al Capitán para que lo firme, junto con la firma del despachante que lo realizo. 

  • ¿Qué es lo que destacas de la carrera y por qué la recomendarías?
  • El dinamismo y lo poco rutinario, además de que estas aprendiendo cosas nuevas todos los días, ya que no todos los vuelos son iguales, tienen su particularidad, no es lo mismo despachar en verano, invierno, que en otoño.

    Podemos trabajar en otro lugar, y eso hace que cambies el aire, que conozcas gente nueva, que conozcas maneras de trabajar diferentes y te brinda la posibilidad de abrirte a otras culturas y eso lo valoro un montón.

    • ¿Qué es lo que más y menos te gusta de tu trabajo?

    Lo que menos me gusta es que muchas veces, al tener el dinamismo, surfeas la incertidumbre, puede estar todo bien y en dos minutos puede cambiar todo, por ejemplo, que algún vuelo se haya ido a la alternativa, se demora todo, se cancela y eso hace que no trabajemos con demasiada tranquilidad, y hay variantes que no manejamos, entonces hace que eso retace nuestro trabajo.


    • Sobre tu viaje histórico a China, ¿Cómo surgió ser parte de la tripulación?

    Fue un pedido de la Gerencia de Operaciones a la cual pertenecemos, quien quería ir se anotaba. Envié un mensaje al referente que lo estaba solicitando ofreciéndome, que contara conmigo si lo necesitaba y las horas me estaban confirmando que iba.

    Entonces empecé a trabajar con el resto del equipo, que era la gente de instrucción, la gente de rampa, de cargas, fuimos al avión varios días antes para preparar todo, trabajamos en equipo y en conjunto. Yo iba dando mi opinión respecto de lo que podía llegar a ser y ellos me daban la suya.

    Volvería tranquilamente a hacer el vuelo. De hecho, todavía faltan vuelos y ya me puse a disposición de mi gerencia, si así lo necesitaran yo estoy dispuesta a volver a hacerlo porque fue algo que me lleno el alma y que lo volvería a hacer.

    • ¿Porque elegiste formar parte?

    Me atrae muchísimo lo que tenga que ver con el trabajo social y con la mano al otro con lo que uno puede.

    Esto me pareció un medio para conseguir un fin, así sea donación o compra o como sea, considere que era un motivo más que valedero para irse a donde fuere. Tome conciencia de que estaba yendo al foco del asunto porque era China, pero la verdad que eran datos y detalles que no tome en cuenta cuando decidí hacerlo y la verdad que me genero un orgullo y un honor y una responsabilidad enorme. Cuando me confirmaron que iba a ir, dije me pongo a full con esto y fueron días, creo que fue una semana, donde estuve enfocada plenamente al trabajo, a evitar o mitigar cualquier tipo de error, evitar cualquier detalle, lo que era la comunicación, conexión, programa. Mi trabajo en sí que es de cálculos, así que estuve avocada plenamente a eso.

    • ¿Qué anécdotas destacarías para contar sobre el viaje a China?

    En Aukland había que desinfectar el avión, con dos pulverizadores para la ida y dos para la vuelta. En la vuelta le pedí a unos de los chicos que me ayudara en uno de los pasillos y yo en el otro, entonces yo me puse a pulverizar y de paso hacia como el camino lunar de Michael Jackson y me filmaron y se mataban de la risa porque yo caminaba para atrás tirando el pulverizador, y además yo no estaba de uniforme, estaba vestida de sport y fue lo gracioso y lo divertido entre tantas cosas lindas que pasaron.

    • ¿Qué destacas del trabajo conjunto para poder realizar estos vuelos humanitarios?

    Si no hubiese sido en conjunto y en equipo, y si no hubiésemos estados todos alineados bajo un mismo objetivos que era traer las cosas en tiempo y forma para dar una mano a mucha gente que estaba esperando esto, era imposible que saliera como salió.

    Fue impecable en todo sentido, en sentido humano, laboral, energético, y que sirvió como puntapié inicial para de una serie de 8 vuelos más.

    Entonces eso hizo que, al margen de trabajar, algún que otro detalle que iba surgiendo en el mientras tanto, pero que era totalmente sostenible, a partir de eso salió el segundo, salió el tercero, salió el cuarto y eso nos llenó mucho de orgullo.

    • ¿La vida por casi 3 días arriba del avión, como fue?

    La vida 3 días arriba del avión fue, para mí, completamente contenida, divertida, sana. Pude sostener el ritmo que traía en Argentina, porque guardaba en el celular la hora de Argentina, y los chicos tenían los otros husos horarios, y como el equipo se comporto como equipo.

    Fueron de gran ayuda, no hubo diferencias, fueron ordenados, me sostenían cuando yo estaba trabajando en Shanghái, atendiendo a lo que yo necesitaba, ya que mi trabajo era muy individual. El chico que fue de carga estuvo trabajando mano a mano conmigo, y fue primordial sobre todo para la barrera cultural que tienen los chinos respecto de la mujer, pero estuvieron ellos ahí conmigo con lo cual me sentí re contenida.

    • ¿Como superaste el jet lag?

    El primer día trate de no dormir hasta casi llegada la noche para acomodar el sueño, pero si lo que hice bañarme, relajarme, después ya esa noche si dormí, para poder acomodar el sueño.

    Más que nada lo que si estaba físicamente muy mareada, propio de la presurización de tantas horas, de a ratos tenía hambre de a ratos no, de a ratos tenía sed y así. Pero en general en dos o tres días ya estaba bastante bien físicamente y energéticamente fue un proceso.

    Cuando volví tuve que atender muchas llamadas, y volver a mi rutina cotidiana tomo unos días pero lo logre. Pero cada segundo vale todo lo que pusimos y lo volvería hacer sin dudas. 

Nota Realizada por Taila Moro Battaglia  

Fotos Gentileza de Analia Fronti